GRACIAS A VOSOTROS... (José A. Carrasco, Antonio Martínez, José Antonio Garrido, Charo, Paqui y Virginia)

Hace tan solo unos días  muchos alumnos/as del Pasquau despedían a sus maestros hasta el curso que viene (simplemente unos meses), otros se despedían del Colegio para siempre porque se convertían estudiantes de Secundaria. En estas despedidas uno de los denominadores comunes fueron las lágrimas, lagrimas de cariño, de alegría, de ilusión, de emoción, de dolor por dejar de estar con su maestro o su maestra y también, pero afortunadamente y fueron muy, muy poquitos (más bien ninguno) por no haber acabado bien su curso.

Ayer éramos los maestros los que con un sentimiento fuertemente dividido nos despedíamos de dos compañeros de nuestro Cole: por un lado nos inundaba la pena de saber que ya no estarán con nosotros el próximo curso, por otro lado sentíamos una fuerte alegría por saber que han llegado al final de un camino que “nunca más se ha de volver a pisar”. Han llegado a su jubilación, definitivamente han terminado su etapa de docentes, han conducido su barco a buen puerto y ahora toca descansar, vivir, soñar. Ahora la vida les regalará multitud de ocasiones para sentirse felices por todos los años que han dedicado a la nobilísima tarea de la docencia, ahora los espacios “vacíos” de cada día los invitarán a mirar con tranquilidad a sus esposas, a sus hijos, a sus nietos… Toca ahora querer estar con ellos y poder evitar esa frase que en más de una ocasión nuestras ocupaciones nos obligan a pronunciar: “ahora no, tengo que hacer…

¿Cuántas horas habrán sido para el trabajo en detrimento de quienes más necesitaban de nuestra compañía? Ahora es necesario recuperar esos tiempos, esas alegrías, esas sensaciones.

Ayer martes 28 de junio despedíamos a dos grandes compañeros, “a dos grandes ejemplos”, como bien dijo D. Vicente. Han sido muchos los años de dedicación por y para los más jóvenes, han formado muchas generaciones de alumnos, han educado en el trabajo, la responsabilidad, los buenos hábitos, la adecuada alimentación, el saber hacer y el saber estar, el saber y querer leer, el ver la vida con esperanza e ilusión.

Ambos dedicados por completo a tares educativas distintas y con un nexo de unión en el comedor escolar. Allí comencé a conocerlos más y con ellos, como ejemplares docentes que han sido y siempre serán (porque un maestro nunca jamás deja de serlo), he podido ir conociendo muchos aspectos de nuestra labor que, o bien no manejaba, o bien desconocía.

Hay una preciosa frase de Tagore que dice: “Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que paciente la sostiene”. Ojalá nunca dejemos de ver vuestra luz, la luz con la que nos habéis mostrado caminos pero espero, de todo corazón, que jamás olvidemos vuestra persona, vuestro cariño, vuestra adhesión y vuestro compañerismo.

Amigos y compañeros José Antonio y Antonio: disfrutad de vuestro merecido descanso, orgulleceos de vuestra labor, vivid plenamente esta nueva etapa y no dejéis de seguir estando con vuestro cole: El Ceip Juan Pasquau.

Quien mejor describió a nuestros compañeros fue D. Vicente y por eso hemos querido mostraros estos vídeos: 







No queremos desaprovechar la ocasión para despedir también a otros compañeros que han permanecido con nosotros. Alguno ya se había hecho casi definitivo, si bien todos sabíamos que tarde o temprano nos dejaría, otras ya habían estado con nosotros años atrás y los destinos provisionales las habían situado nuevamente en el Pasquau, otra era la primera vez que vivía la experiencia de sentirse Pasqualina. A todos ellos, a los que llevaban mucho, a los que volvieron y a los que nos han conocido por primera vez queremos transmitirle todos nuestros deseos de un futuro próspero donde sigan desarrollando tan maravillosamente su labor docente, su vocación de maestro o maestra, su amor a los niños, su respeto por la educación. Cuatro grandes amigos/as: José Antonio Garrido, Charo, Virginia y Paqui,  hoy también nos decían adiós en el último Claustro de este curso que definitivamente echa el telón. Gracias, suerte y hasta pronto; porque deseamos de todo corazón que deseéis volver con nosotros, para quedaros definitivamente o para colaborar, participar o simplemente compartir algún rato de alegría, de trabajo, de celebración,…

Un fortísimo abrazo para todos y no olvidéis: “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”. Howard G. Hendricks

De vuestro compa: Alfonso


COLORÍN, COLORADO...

Todos los cuentos comienzan de forma parecida: "Había una vez...", pero también suele finalizar de forma similar: "Colorín, colorado, este cuento...".

Y la verdad es que el curso toca a su sin, los últimos días del calendario escolar están a punto de caer definitivamente y, ¡ahora sí!: ¡HEMOS TERMINADO!

Para algunos, la pena estarán inundado su corazón por el recuerdo que deja su paso por el Pasquau, para otros simplemente es el inicio de las vacaciones y, por tanto, una alegría poder disfrutar del merecido descanso.
No nos queda la menor duda de que todo cuanto hemos hecho ha sido siempre por el bien de todos y cada uno de vosotros/as. Unas veces con más éxito y otras...



Pese a haberlo dicho en diversas ocasiones os volvemos a regalar un trozo muy grande de nuestro corazón a cada uno/a de vosotros/as.
Ojalá que este cuento pueda acabar con eso de "...Y FUERON FELICES Y..."

Un besote. Amparo y Alfonso